Te presentamos tradiciones poco conocidas de México

México tiene muchas tradiciones que suelen ser muy conocidas en México y el mundo, pero también hay otras poco conocidas, que te presentamos.

Ricardo Justo  ·  22 abril, 2025
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México es un país con muchas tradiciones y costumbres e incluso unas son muy conocidas de forma mundial, como lo son los festejos del Día de Muertos o los voladores de Papantla, pero también hay otras que muchas veces suelen pasar inadvertidas para los demás y aquí te hablaremos de algunas de ellas.

Danza de los Parachicos

Esta tradición se lleva a cabo del 8 al 23 de enero, siendo la festividad más larga de Chiapas, y data del siglo XVIII. Esta tradición que contempla danzas y celebraciones religiosas fue incluso declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2010.

Cuenta la leyenda que a mediados del siglo XVIII, al otrora pueblo de Chiapa de la Real Corona, llegó doña María de Angulo, buscando un curandero indígena para que aliviara a su hijo de una extraña enfermedad, quien después de ser bañado en las aguas del Cumbujuyú se pudo sanarse.

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El nombre de la festividad viene porque los parachicos evocan a los antiguos chiapacorceños que se disfrazaron para entretener al niño durante su enfermedad, ya que lo hacían para-el-chico.



La danza se realiza como parte de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, siendo el momento culminante de la celebración. Ellos recorren la locación desde la mañana y hasta la noche, cargando imágenes religiosas y visitando diversos lugares de culto.

Su atuendo es característico con máscaras de madera con rasgos semejantes a los españoles con barba de candado, tocado o montera, sarape tipo Saltillo, chalina bordada, cintas de colores y un chinchín (sonaja de lámina).

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La Danza del Pochó

Esta celebración inicia el 20 de enero en el poblado de San Sebastián y marca el inicio del Carnaval de Tenosique. Repitiéndose los tres domingos siguientes, concluyendo con la muerte de Pochó, quien acaba vencido y quemado el último martes de la festividad.

La tradición simboliza la purificación de las personas en su lucha entre el bien y el mal. Iniciando la celebración cuando la gente sale de sus casas a tirarse harina, como una muestra de que habrá una buena cosecha de trigo.

En la danza participan tres personajes, los cojóes, que son el alma de la fiesta, encargados de dirigir ironías y bromas al público, además de ridiculizar los hechos y cosas de la actualidad.

Ellos visten una faldilla de hojas de castaña y un tosco costal cubriéndose el torso, además de que usan una máscara de madera pintada de varios colores, además de un sombrero adornado con flores y hojas de cañitas.

Las pochoveras son doncellas de flores y sacerdotisas del dios Pochó; ellas están encargadas de mantener su fuego encendido y vigilar su altar.

Visten falda larga floreada, blusa blanca, collares, además de un sombrero adornado de flores y hojas de cañitas también.

Y por último los jaguares, quienes se cubren el cuerpo con tierra blanca que sirve de adorno en el fondo para que sobresalgan las manchas negras, hechas con carbón. Ellos además portan una piel de tigre o venado.

En la representación ellos bajan a la tierra para destruir a los hombres de pulpa de maíz y son protegidos por las pochoveras.

La Tigrada

Esta tradición se realiza en Chilapa, Guerrero, el 15 de agosto, siendo una fiesta llena de color. siendo un festejo en el que pobladores se disfrazan de tigres para agradecer al Dios Tláloc los favores recibidos y es un ritual para atraer las lluvias.

La leyenda cuenta que un grupo de hombres disfrazados de tigre engañaron al dios para robar su maíz, por lo que, furioso, el dios de la lluvia dejó caer una tormenta y es por ello que los bailarines llevan cadenas o fuetes, que al azotarlos asemejan el sonido de una tormenta.

Los tigres se pasean por las calles principales de la ciudad, mientras los niños los provocan, con el fin de que ellos los persigan. Durante el camino los tigres rugen, bailan, beben y anuncian una buena cosecha, y quienes son atrapados son sentenciados a morder un chile verde.

El atuendo de los tigres es un traje atigrado y una máscara de madera adornada con colmillos, además de que llevan un fuete o una cadena que emula el trueno y su presagio de lluvia.

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