El pozole es un plato prehispánico que ha distinguido a la cocina mexicana en todo el mundo, existen un sin fin de variaciones, pero para llevar ese nombre debe de contar con tres ingredientes básicos: maíz, proteína (animal o vegetal) y condimentos.
Hasta los nutriolóogos mencionan que un buen plato de pozole es un platillo completo, donde podemos encontrar todos los grupos de alimentos y es que ¿a quién no le gusta un buen pozole?
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Los más conocidos son el verde, blanco y rojo, el debate de dónde son siempre ha existido, pero sin duda Guerrero se distingue por sus ‘Jueves pozoleros’, en los que puedes probar varios con un exquisito sabor.
Pero hay algunos pozoles que son únicos y deliciosos, por lo que aquí te recomendaremos tres para que en tu próximo viaje los pruebes.
Quiroga es un hermoso pueblo de Michoacán, reconocido como la capital mundial de la artesanía y las carnitas, pero entre tantos puestos deliciosos de carnitas, también se puede encontrar el pozole batido.
Debes de probarlo antes de juzgarlo, la combinación es perfecta. Maíz pinto criollo, que los mismos locatarios cosechan, carne de puerco y condimentos. Se prepara en ollas de barro y se sirve de igual manera en vajilla de barro para conservar un sabor artesanal.
Para hacerlo “batido” se hierve varias veces junto con la carne y se acompañan con col o lechuga, cebolla, rábano, limón y chile manzano o chile en polvo para darle un toque de picor.
A ciencia cierta no se sabe el origen de este platillo, dicen que nació en las cocinas del Occidente del país, para ser especifico en Jalisco, pero su delicioso sabor ya llego a todos los rincones.
Se puede preparara del color que prefieres, aunque es más común encontrarlo en verde, la diferencia de un pozole común es que en vez de llevar maíz pozolero o cacahuazintle, lleva elote tierno. Se puede preparar de puerco o pollo y acompañar con todos los ingredientes conocidos y pepino, para dar un sabor refrescante.
Aunque su nombre no diga pozole, si lo analizamos bien este guiso sonorense es un pozole.
Maíz pozolero, carne de puerco y frijol, hacen una combinación perfecta, no se le añade ningún chile al guisarse y torna en un color café parecido al de una gallina pinta, por eso el nombre, que lleva puerco y no gallina.
Se acompaña de cilantro, cebolla, limón, tostadas y un buen chile chiltepín, también típico que puedes encontrar en muchos hogares del norte.
Como decíamos, el pozole es un platillo tan completo y versátil que es difícil resistirse, lo podemos encontrar para todos los gustos: para amantes de los mariscos, de camarón; para los que no consumen proteína animal, vegetarianos usando zetas y mil variaciones más donde no hay límites. ¿Cuál es tu favorito?
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