La Llorona en Cuemanco: más que una obra, una vivencia
Con más de 50 artistas y músicos en escena, en la laguna más grande de Xochimilco dio inicio una de las representaciones emblema de esta alcaldía para Día de Muertos
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El sureste de la Ciudad de México tiene tres joyas de un inmenso valor ecológico: Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco. Esa tríada fue denominada Zona Patrimonio Mundial Natural y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1987.
Los pueblos mesoamericanos que se establecieron en las riberas de lagos como Chalco y Xochimilco tejieron su cosmología con deidades y personajes que habitaban esas aguas cristalinas.
De entre sus pobladores sobresalieron notables agricultores que inventaron el prodigio agrícola llamado chinampa, ese pequeño islote formado por chinamitl, es decir, las resistentes varas del árbol sagrado llamado ahuejote.
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Morada de seres sobrehumanos
En ese vergel aún se cree en dioses y fantasmas. Se sabe que canales, chinampas, ojos de agua son moradas de seres sobrehumanos y puertas por las que arriban a este mundo.
También son conductos a otros espacios cósmicos ya sea del inframundo o del supramundo.
Los xochimilcas atesoran sus leyendas porque saben que son parte fundamental del patrimonio intangible de los pueblos.
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Los xochimilcas se resisten a dejar morir su cultura, sus tradiciones, sus creencias y sus celebraciones, así que artistas, prestadores de servicios turísticos y pobladores dan la lucha desde hace 30 años mediante lo que unos llaman representación teatral, pero que en realidad es una vivencia.
El escenario es la zona chinampera de Cuemanco en Xochimilco, la tierra de las flores, la tierra que alberga el dos por ciento de la biodiversidad mundial y el 11 por ciento de la biodiversidad nacional con 139 especies de vertebrados, 21 de peces, seis anfibios, 10 reptiles, 79 aves y 23 mamíferos.
La laguna más grande de Xochimilco
La magia se despliega sobre la laguna de Tlílac. El viento entre los ahuejotes y la luna como faro crean el ambiente idóneo para la recreación de una de las leyendas mexicanas más importantes.
Danza prehispánica, teatro, cantos en náhuatl, música contemporánea en vivo que es arrancada de instrumentos prehispánicos como las flautas de barro, hueso y carrizo, las ocarinas, los caparazones de tortugas y el teponaztli.
Se trata de La Llorona o Chokani, “la que llora” en náhuatl, una representación teatral multimedia que cumple 30 años de presentarse en ese idílico lugar.
Pero no es un espectáculo, es una expresión cultural de fuerte raigambre indígena.
“El interés de la gente en conocer esta leyenda a través de expresiones prehispánicas es un logro no solo de unos cuantos, sino de todo México porque es retomar nuestras raíces” cuenta Nayeli Cortés, xochimilca que representa a ‘La Llorona en Cuemanco’ desde más de una década.
A pesar de más de 300 años de conquista y más de 200 de Independencia, en Xochimilco aún se producen legumbres y flores en sus chinampas, se siembra maíz, frijol, calabaza, nopal y chile en la milpa y se goza y se tiembla con La Llorona, con El charro negro, con las brujas y los nahuales.
Esa zona chinampera, a pesar de la amenaza de la monstruosa mancha urbana, es un remanente vivo de las viejas culturas mesoamericanas.
Única en el mundo
Esta obra es única en el orbe, pues se lleva a cabo en un lugar que va más allá del reconocimiento que tiene a nivel turístico en todo el mundo, es más bien un remanente vivo de las antiguas culturas mesoamericanas.
Xochimilco es uno de los pocos lugares que sobreviven al gran desarrollo modernizador.
A pesar de estar amenazado por la monstruosa mancha urbana y por la corrupción de autoridades que autorizan la creación de obras en áreas de conservación ecológica para ser vendidos para zonas habitacionales, esta área conserva su grandeza.
Y es así como entre ahuejotes, los árboles sagrados que sostienen las chinampas, se dan las tres condiciones necesarias para que aparezca Chokani: existencia de un cuerpo de agua, presencia de un cruce de caminos y oscuridad.
“Por 30 años esta producción ha cautivado a una gran cantidad de audiencias por su impresionante ambientación y actuaciones de primer nivel”, dice el productor José Capultitla, una de las piezas fundamentales para la realización de esta obra.
“Esta puesta teatral es como un viaje al pasado en el lugar irreal de Xochimilco, donde la leyenda cobra vida a través de la música que fusiona instrumentos modernos con los prehispánicos”, agrega este xochimilca, quien además trabaja en la preservación del sistema agrícola prehispánico de las chinampas, las cuales fueron denominadas parte de los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial por la FAO en en 2018.
La importancia de la tradición oral
“La tradición oral es muy importante, a través de ella conocemos leyendas, tradiciones, usos y costumbres, pero no solo hay que conocerla, hay que vivirla, hay que participar para que se mantenga y para que las nuevas generaciones las entiendan y las preserven”, dice Nayeli Cortés.
El afán de esta obra, que se ha hecho acreedora a varios reconocimientos, es perpetuar esta leyenda y reactivar la economía local, pues con este espectáculo se benefician 450 familias.
Con más de 50 artistas y músicos en escena, en la laguna más grande de Xochimilco —Tlílac—, la semana pasada inició la temporada 2023 de este espectáculo multidisciplinario que se presentará hasta el domingo 19 de noviembre en el Embarcadero de Cuemanco.
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