Si te consideras un sibarita tienes que vivir esa experiencia en la primera vinícola de Guanajuato.
Cualquier época del año es posible vivir experiencias enológicas increíbles en cualquiera de los viñedos que existen en México, pero acudir a lo que se conoce como la fiesta de la vendimia es una de las cosas que todo mundo debería hacer por lo menos una vez en la vida.
Si vivir uno de los los eventos más importantes en el proceso de producción de vino es un momento grato, vivirlo en la primera vinícola de Guanajuato es todo un lujo y ahora mismo te contamos porqué.
Cuna de tierra, cuando la arquitectura perfecciona los vinos
La vendimia es uno de los momentos más fascinantes. Es la conexión entre el proceso de cultivo de la vid y el de la elaboración del vino.
La palabra “vendimia” proviene del latín vindemia, este se divide en los vocablos vinea, que significa vid, y demere, que significa quitar, arrancar, tomar o retirar; esto quiere decir que la vendimia es la acción de tomar las uvas del arbusto y se realiza cuando el fruto ya está maduro. Posteriormente, el fruto pasa por un proceso de transformación para convertirse finalmente en vino.
La vendimia en nuestro país se lleva a cabo entre julio y octubre, dando paso a las grandes fiestas de celebración por las buenas cosechas realizadas por las casas vitivinícolas, en las que se dan principalmente catas, visitas guiadas por los viñedos y bodegas, entre otras actividades para celebrar la buena cosecha.
Esta celebración es muy importante para México porque, además del turismo que genera por las fiestas realizadas, es la oportunidad de presentar las diferentes variedades de vino que se producen en México, impulsando su consumo interno y sus exportaciones.
El pasado 26 de agosto se celebró la XII Edición de la Vendimia de Cuna de Tierra, el primer viñedo de Guanajuato, una experiencia sibarita inmersa en tradición y rodeada de actividades placenteras sobre la cultura vinícola.
Cuna de Tierra fue erigida como una inspiración conceptual y la conexión con su entorno. La edificación rinde honor a la historia y tierra que han permitido la concepción de las diversas variedades de vid que la rodean.
Diseñada por los arquitectos Ignacio Urquiza Seoane y Bernardo Quinzaños Oria, del Centro de Colaboración Arquitectónica, el resultado es una obra de arte que explora la relación entre el desarrollo del vino, el sitio, el usuario y el principal material en uso: el tepetate colado, el cual efectivamente completa las necesidades de la bodega.
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Cuna de Tierra, el viñedo perfecto para hacer enoturismo
La fiesta tuvo lugar en las tierras de dicho viñedo. Los invitados, casi mil personas vestidas de blanco, disfrutaron actividades como catas, maridajes, y recorridos por el viñedo en caballos y camionetas MG, shows de música en vivo y baile de belly dance, además de la actuación de acróbatas aéreos.
Entre la algarabía de la música en vivo, el chef del viñedo, Ricardo Luna, en alianza con el famoso banquetero Santi Palacio, diseñó un novedoso y delicioso menú de cuatro tiempos. Cada platillo fue acompañado con las etiquetas recomendadas para maridarlos.
Para el primer tiempo podía elegirse entre un ceviche de pescado con leche de tigre o un sandwich de foie con miel de frutos secos y moras. El primero se maridó con un Cuna de Tierra blanco y el segundo con un Torre de Tierra Rosado.
El segundo tiempo consistió en risotto de hongos con berenjena y grana padano o alcachofas fritas con gambas. Ambos maridados a la perfección con CUNA DE TIERRA MALBEC.
El tercer tiempo fue una chuletilla de ternera con patatas con su pareja, el cual maridó perfectamente con un Cuna de Tierra Nebbiolo.
Y para finalizar se sirvieron tres postres: tarta fría de queso semicurado con salsa de membrillo y helado de turrón, pavlova rellena de durazno, cítricos, crumble de cocoa y un pastel tibio de dulce de leche con helado de banana.
Tras la comilona, a las 18:00 horas, llegó el momento más anhelado: la pisa de uvas, con la cual algunos asistentes pudieron ser parte de la experiencia como una forma de mantener viva la tradición y honrar la historia del vino.
Este año la celebración fue más especial, ya que la bodega ha cosechado reconocimientos y premios en varios de los cinco concursos más importantes del mundo, siendo sus más recientes adquisiciones, ocho condecoraciones en la competencia internacional Decanter World Wine Awards, con las que logran sumar sus primeras 100 medallas.
Los asistentes pudieron disfrutar de más de 12 horas de actividades, música, excelente comida, deleitando las etiquetas del viñedo, una experiencia completa rodeada de tradición y pasión por la vitivinicultura en la tierra que vio nacer nuestra Independencia y su gente.
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