Ya casi es el 15 de septiembre y por este motivo, te decimos dónde fue que fallecieron los Héroes de la Independencia de México y cómo fue este denigrante proceso.
Porque sabemos que te encanta la historia, en esta ocasión te contaremos los últimos días de los héroes que nos dieron patria y libertad.
Después de las derrotas insurgentes en Aculco y Guanajuato, la tempestad del cura de Dolores y su tropa había llegado con la batalla del Puente de Calderón, cerca de Guadalajara, Jalisco, el 17 de enero de 1811.
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Con el triunfo realista, y la deserción de muchos combatientes, causó que los caudillos marcharan hacia el norte para buscar ayuda en los Estados Unidos. Desafortunadamente nunca pudieron llegar.
Perseguidos y acosados por las tropas realistas de Félix María Callejas, los líderes insurgentes Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y Mariano Abasolo fueron hechos prisioneros en las Norias de Baján, Coahuila, por el coronel Ignacio Elizondo.
Ya con grilletes, Allende, Aldama, Jiménez, Hidalgo y Santamaria son llevados en mulas en un terrible y agonizante traslado a través del desierto, que duro más de un mes hasta Chihuahua, comiendo sólo una vez al día carne seca. Dormían en el suelo amarrados, casi desnudos.
Posteriormente fueron conducidos hasta Monclova y después, a Chihuahua. Ahí, se les sentenció a morir en el paredón.
Sin quitarles los grilletes y las esposas, se condujo a los presos a la plaza de San Felipe. Ahí estaban listos los pelotones de ejecución, a sólo tres pasos de los banquillos donde se le podría fin a sus vidas.
Allende, Aldama y Jiménez fueron fusilados por la espalda, como símbolo de traición a la patria, el 26 de junio de 1811.
Los cuerpos fueron sepultados en el convento de San Francisco, después de haber sido expuestos a la morbosa curiosidad pública.
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No fue hasta un mes después que al cura Hidalgo se le sentenció a morir el 26 de julio. Pero la ejecución fue aplazada pues se le tenia que despojar de su carácter sacerdotal.
Este acto denigrante impartido por la iglesia católica comenzó un 29 de julio a las 6 de la mañana en el corredor del Hospital Real de Chihuahua.
Para esto se puso un altar con un crucifijo en medio de dos cirios encendidos. Posteriormente el cura Miguel Hidalgo fue sacado de la celda y llevado al corredor.
Después le quitaron las cadenas y lo vistieron con la sotana y ornamentos como si fuese a dar misa. Al cura se le obligó a ponerse de rodillas.
En un acto de humillación, el comisionado, en compañía del juez, procedió a informar a los asistentes la causa de la degradación. Después, con un cuchillo raspó las manos y las yemas de los dedos del prócer en señal de despojo de los derechos a tomar la ostia para consagrar. No conformes, procedieron a cortarle el pelo.
Una vez que la iglesia castigó y humilló a Hidalgo, este fue entregado al juez civil, quien lo hizo arrodillarse una vez más para después leerle su sentencia de muerte.
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Al día siguiente en el paredón de fusilamiento, había un banquillo que el cura Miguel Hidalgo y Costilla besó y en el cual se sentaría sereno y tranquilo frente al pelotón.
Antes de que su vida culminara, discutió con uno de los generales, Miguel Salcedo, pues este tenía la orden de ejecutarlo por la espalda como a un traidor, pero el cura no se lo iba a permitir. No era un traidor.
No quedando de otra y ante su legítima defensa, el militar aceptó dispararle de frente. Esta vez no hubo testigos.
El 30 de julio de 1811 Miguel Hidalgo fue fusilado en Chihuahua a las 7 de la mañana.
Como acto de advertencia y de amenaza, se exhibió el cuerpo como castigo y para denigrar al fallecido. Permaneció expuesto al público durante una hora.
Las osamentas de los héroes fueron colgadas dentro de jaulas de cada una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas como advertencia a quienes intentaran levantarse en armas. La cabeza del cura Hidalgo fue mandada a Dolores.
Esta supuesta lección, de nada sirvió. Pues el cura Miguel Hidalgo había encendido una mecha libertaria que fue retomada por otro cura consciente, rebelde y valiente: José María Morelos y Pavón.
Así que ya sabes un poco más de como y en dónde fallecieron los Héroes de la Independencia de México. Lugares perfectos para ir a visitar en estas fiestas patrias y seguir descubriendo México.
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