¿Conoces el Acueducto del Padre Tembleque en Nopaltepec?
La Secretaría de Cultura y Turismo invita a conocer este atractivo turístico en Nopaltepec, Estado de México.
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El Acueducto del Padre Tembleque cumple siete años de ser declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, por la UNESCO.
Esta obra de ingeniería hidráulica se construyo entre 1554 y 1571, con el apoyo del maestro cantero Juan Correa de Agüero.
Cabe destacar la participación en esta obra de integrantes de varios pueblos indígenas de la región de Nopaltepec.
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La fe y el agua, dos elementos esenciales de la vida humana presentes en está obra, se ubica en los límites del Estado de México e Hidalgo.
El Acueducto del Padre Tembleque cuenta con una longitud de 44.8 kilómetros y su construcción tardó alrededor de 17 años.
Estos ductos se nutren gracias a los manantiales del cerro del Tecajete, que corre desde Zempoala, en Hidalgo, y desemboca en Otumba. También pasan por los municipios de Nopaltepec y Axapusco, en el Estado de México.
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¿Cómo y quién construyó el Acueducto del Padre Tembleque?
Para esta importante construcción participaron más de 400 pobladores, entre canteros, ayudantes, albañiles, peones, carpinteros. Toda esta obras fue concebida y dirigida por Fray Francisco de Tembleque.
También se contó con el financiamiento de mujeres de los pueblos de la región, quienes produjeron textiles para financiar las obras.
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Todo este esfuerzo se hizo sin la aportación de la Corona Española, aunque con la autorización del Virrey Antonio de Mendoza, dirigidos por el fraile franciscano originario del poblado de Tembleque, en Toledo, España.
El Acueducto del Padre Tembleque del siglo XVI es un ejemplo de la creatividad constructiva de la civilización europea con la cultura mesoamericana, y su principal función era llevar agua limpia a las poblaciones indígenas.
Tanto extranjeros como visitantes nacionales, aún pueden admirar en él ciertas expresiones indígenas como la otomí y nahua, grabadas en las arquerías de Tecajete o Tepeyahualco.
Algo increíble de esta obra, es que se ha mantenido en pie tanto tiempo y gracias a que sus arcos son tan altos, aún pasa el tren debajo de ellos.
El lugar es una joya pues en él podrán observar paisajes rodeados de una extensa variedad de cactáceas y magueyes que lo acompañan y adornan en esta región del Estado de México.
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