Los charales, comida obligada en Pátzcuaro
Los charales son un antojito que se consume desde tiempos prehispánicos. La gastronomía mexicana fue reconocida por la UNESCO en 2010 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, sobre todo por la cocina tradicional michoacana. Se degustan fritos, dorados o asados, acompañados de salsas mexicanas y tortillas. Los charales son pescados de agua dulce que no alcanzan ni 10 centímetros en su tamaño. Se pueden encontrar
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Los charales son un antojito que se consume desde tiempos prehispánicos. La gastronomía mexicana fue reconocida por la UNESCO en 2010 como Patrimonio Cultural de la Humanidad, sobre todo por la cocina tradicional michoacana. Se degustan fritos, dorados o asados, acompañados de salsas mexicanas y tortillas.
Los charales son pescados de agua dulce que no alcanzan ni 10 centímetros en su tamaño. Se pueden encontrar en agua dulce, en Zirahuén y Pátzcuaro en Michoacán, además de Chapala, Jalisco.
Estando frescos se disfrutan en sopas, tostadas y tacos. Fuera de su lugar de origen se comen secos como botana, con sal y limón, pero también son buenos en tacos y en caldos.

En el caso de Pátzcuaro, la pesca del charal es artesanal, se tiende el chinchorro (una red) un día antes de la pesca, y un poco antes de que salga el sol hacen la recolecta arriba de una canoa.
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Al llegar a la orilla del río, los pescadores entregan las cubetas de charales a las mujeres para que las destripen y las pongan a secar a cielo abierto sobre petates, un proceso que tarda de dos a tres días.
A pesar de su diminuto tamaño, estos peces contienen una gran fuente de nutrientes.
Ya lo sabes, en tu próxima visita a Pátzcuaro échate tus charales con su salsita y limón.