Llegan piezas al FUAPO en el Centro Cultural Tlatelolco

El día de hoy en conferencia de prensa en el Centro Cultural Universitario Taltelolco (CCU) se habló del Fondo Universitario de Arte de los Pueblos Originarios (FUAPO), el cual reúne el acervo arqueológico de la Universidad Nacional Autónoma de México en un solo sitio, siendo 15 mil 550 piezas, en total, de las cuales 12 mil 550 piezas fueron trasladas al centro cultural, la semana pasada, desde la Dirección General de Artes Visuales, instancia que las resguardaba desde los años 60 del siglo pasado.

Estas piezas, a decir de la doctora Rosa Beltrán, coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, casi en su totalidad son inéditas ya que nunca han sido expuestas anteriormente al público y son pertenecientes a las colecciones de: William Spratling, Mario Roch, Raúl Caffer Cardoso, Ricardo Getch, Luis Lindao y Donald Cordry.

Hay que recordar que el fondo se creó en el 2001 como parte del Centro de Interpretación Xaltiloli con un acervo de tres mil piezas de las colecciones Stavenhagen, Molina Lopez y Ricardo Martinez y desde entonces se trabajó, a decir de la doctora, en la catalogación de las colecciones para que se trasladaran al CCU.

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Recordó que en los 60 William Spratling dio su colección a la UNAM, al Museo Universitario de Ciencias y Artes, lo que detonó que otros coleccionistas hicieran también sus donaciones a la institución.

Declaró que en las colecciones se encuentran piezas de la Zona Maya Oaxaca, la Costa del golfo, Occidente, el Bajío, Norte y el Altiplano central, así como obras de manufactura colonial.

A su vez el director del Centro Cultural Universitario, Jacobo, Dayán, refirió que la incorporación del fondo al acervo del centro viene a fortalecer uno de los ejes de trabajo del recinto que tiene que ver con el espacio de exhibición arqueológica de la UNAM y profundizar en la difusión e investigación, conservación de los acervos bajo resguardo de la UNAM y que se suma a otros acervos que se une a otros con los que cuenta el CCU, como el de caricatura política, entre otros.

Señaló que el Centro ya cuenta con todos los estándares internacionales para resguardar todo el acervo que han recibido y justo en ese sentido agradeció el trabajo de la Dirección General de Artes Visuales, que mantuvo a resguardo las piezas, además del trabajo del personal del CCU como Lucía Sanchez de Bustamante, Fernando Carrizosa, Paz Granados, Melanie Medina, Alondra Mellan en la labor de cuatro años para el traslado de las piezas que se vio interrumpido por la pandemia.

Por su parte Alesha Mercado, subdirectora académica del CCU, declaró que los objetivos de alvergar la colección en el CCU son generar proyectos de investigación inter e intra universitarios, así como promover y generar la vinculación con estudiantes, facilitar la consulta pública por medio de la publicación digital de las colecciones, enriquecer las exposiciones de Xaltilolli y generar otras colaboraciones con museos nacionales e internacionales, así como visibilizar las colecciones universitarias de arte prehispánico y arqueología.

Ella definió al FUAPO como un laboratorio para la investigación y la formación académica en distintas disciplinas antropología, historia del arte, restauración, museografía y otras disciplinas científicas de dependencias universitarias y otras instituciones

Mientras que Lucía Sanchez de Bustamante, Coordinadora del Centro de Interpretación Xaltilolli, declaró que el FUAPO es un espacio único en términos de constituirse como el primer acervo arqueológico de la universidad con un trabajo de profesionales en arqueología, abierto a la investigación, docencia, la investigación y la difusión no sólo con el espacio de exhibición, sino también con la publicación digital de las colecciones, algo que dijo continuará en la página web y que se ponga a disposición de todos porque es nuestro patrimonio.

Acerca de la la logística de Bustamante señaló que se llevó a cabo siguiendo los protocolos para el traslado de piezas artísticas y arqueológicas lo que implicó la circulación con vehículos especiales, obteniendo los permisos necesarios, utilizando cajas con un material que resiste impactos y que no tiene una reacción química con las piezas además de otro material aislante que es un papel o tela que aisla aún más la piezas que van desde piezas pequeñas hasta escultura de un metro 20 de piedra. además de pezas de concha, de metal, cerámica y piedra.

Sobre líneas de investigación que puedan derivar del análisis de las piezas señaló que se trabaja, incluso con las piezas que ya tenían en su poder, sobre procesos de documentación de la colección, investigar sobre la vida de un objeto, buscando recuperar su historia, además de estudios estilísticos para determinar su región y hay propuestas que van sobre investigar sobre la falsificación y están abiertos a recibir propuestas.

La funcionaria aclaró, sobre si piensan adquirir más piezas para el acervo, que por ley no se pueden adquirir piezas prehispánicas, sin embargo afirmó que se tienen colaboraciones en plática donde los acervos de investigación arqueológica pudieran sumarse al acervo por una colaboración.

A su vez declaró que el CCU tiene un programa de rotación anual con el cual cambian las piezas de hasta 50 con base en las piezas con las que se cuenta y las investigaciones y de las temáticas, proceso que dijo se realiza entorno al mes de octubre por lo que se cierra la exposición al público. A la vez que mencionó que también trabajan en la publicación digital de los acervos.

Por su parte, Fernando Carrizosa, responsable de la sistematización de los acervos, señaló que en cuanto a piezas emblemáticas es complicado definir la importancia de una pieza y lo importante es ver su valor en cuanto a la iconografía porque tienen una gran variedad de piezas en cuanto a tamaño y a lo que representan por lo que la invitación que hizo es a que se conozcan las piezas.

En relación a las colecciones y su composición de Bustamante refirió que cada coleccionista tenía una razón específica por la que se resguardan las piezas, como Stavenhagen que lo hizo desde una mirada artística y estética, mientras que los demás coleccionistas han respondido a modas de la investigación arqueológica.

Contó además que un coleccionista cuyo acervo era muy pequeño, de poco más 200 piezas, por los años 60, al ver que nadie atendía esas piezas le pedía a niños que se las dieran a él porque se los vendían a un francés, mientras que él las veía en el piso sin que nadie les hacía caso, siendo esto cuando construyó la zona habitacional y al fallecer la viuda informó que el coleccionista pidió que se le diera el acervo a la universidad.

Sobres si identificaron piezas falsas en las colecciones la coordinadora del Centro de Interpretación, comentó todas las piezas tienen valor para la historia de una colección, independientemente de si la ley las reconoce o no, son partes de una historia y nos hablan de por qué en cierta época se copiaron ciertos estilos y por qué se crearon esos objetos.

Algo que reiteró Carrizosa, quién señaló que en todas las colecciones son importantes todas las piezas y es interesante porque hay una continuidad de plasmar una idea, una imagen desde la época prehispánica a la actualidad y es preservar las costumbres de representaciones y eso tiene una intención y un mensaje interesante y además de que formaban parte del acervo de un coleccionista y de la historia y se les otorga otro valor diferente.

Añadió que se han detectado piezas que no son originales aunque no pudo determinar cuantas, pero dijo es un porcentaje mínimo, y trabajan en determinarlo, por lo que buscan trabajar con especialistas por regiones para identificar las piezas.

A lo que Buscamante añadió que no existe un método específico para saber sobre si una pieza es falsa, salvo estudios destructivos, que es tomar una muestra del objeto, algo que se busca evitar. Entonces buscan trabajar en técnicas de observación y establecer alguna metodología para determinarlo. Aclaró que ellos al recibir una pieza investigan sobre su origen.

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