Dulces poblanos: tradición, sabor y cultura en cada bocado

Los dulces poblanos son una delicia artesanal que mezcla historia, cultura y sabores únicos heredados desde la época virreinal.

Ricardo Vélez  ·  8 julio, 2025
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Puebla es famosa por su historia, su arquitectura colonial y, por supuesto, por su gastronomía. Entre sus mayores tesoros están los dulces poblanos, un legado culinario que combina ingredientes indígenas y técnicas traídas desde Europa. 

Estas golosinas tradicionales no solo endulzan el paladar, también cuentan historias de conventos, mestizaje y creatividad mexicana.

La historia de los dulces poblanos comienza en los conventos de Santa Clara y Santa Rosa, donde las monjas creaban recetas para celebrar festividades religiosas, atender a invitados importantes o generar ingresos. 

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Usaban productos locales como frutas, almendras, semillas, leche, piloncillo y azúcar para elaborar mantecadas, tortitas de cielo, cocadas y otras maravillas.



Entre los más emblemáticos se encuentran:

  • Camotes poblanos: puré de camote mezclado con azúcar y sabores como piña, fresa o limón, envuelto en papel encerado.
  • Tortitas de Santa Clara: una base de galleta con dulce de pepita decorado delicadamente, creadas en el convento del mismo nombre.
  • Muéganos: trozos de masa frita pegados con caramelo y espolvoreados con anís.
  • Jamoncillo: dulce de leche con nuez o piñón, suave y cremoso.
  • Cocadas: hechas con coco rallado, claras de huevo y azúcar, con textura dorada y sabor intenso.

La calle 6 Oriente, en el Centro Histórico de Puebla, se conoce como la calle de los dulces, donde se encuentran las tiendas tradicionales como La Gran Fama y El Lirio, que conservan las recetas originales y ofrecen más de 300 variedades de dulces.

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Los dulces poblanos no solo representan un legado culinario, también son una fuente de identidad local. Muchos poblanos crecen con estos sabores en casa o en las celebraciones, y para los visitantes, llevar una cajita de camotes o tortitas se vuelve parte esencial del viaje.

Los dulces poblanos son mucho más que postres: son herencia viva de la historia, la fe y el mestizaje. Probarlos es descubrir la dulzura del alma poblana en cada mordida. Si visitas Puebla, no dejes de explorarlos.

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