‘Cada minuto cuenta’, la serie de Prime Video sobre el terremoto del 85

El sismo de 1985 fue uno de los momentos más devastadores en la historia moderna de México, un desastre que sacudió no solo la tierra, sino también la vida de millones de personas.

La tragedia dejó profundas cicatrices en la ciudad y en sus habitantes, pero también despertó una solidaridad sin precedentes y una fuerza comunitaria que redefinió el espíritu mexicano.

Ahora, con el próximo estreno de Cada minuto cuenta, la serie mexicana de Prime Video, se abrirá una nueva ventana para revivir esos días difíciles desde perspectivas inéditas y explorar vivencias que, aunque dolorosas, forjaron el país que somos hoy. A través de estas historias no contadas, conoceremos aspectos ocultos de un suceso que marcó a México para siempre, revelando los gestos de valentía y resistencia que surgieron en medio de la tragedia.

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La historia, dirigida por Jorge Michel Grau y protagonizada por Osvaldo Benavides, Maya Zapata, Jesús Zavala y Antonio de la Vega, mostrará las dramáticas horas que se vivieron durante uno de los desastres naturales más grandes de México.

Cada minuto cuenta fue realizada con una innovadora técnica de Producción Virtual que combina herramientas como realidad virtual, realidad aumentada, captura de movimiento y seguimiento, además de un muro LED y un motor de renderizado 3D en tiempo real para la creación de escenarios y personajes realistas sin necesidad de postproducción.

“Esta tecnología increíblemente innovadora permite ofrecer una calidad de primer nivel y transmitir una sensación de esperanza dentro de este contenido”, comentó el productor Jorge Michel Grau, quien platicó con Descubre México para hablar a fondo de esta serie, que se estrenará el 8 de noviembre.

¿Qué sentimientos experimentaron al trabajar en un proyecto que revive uno de los momentos más dolorosos de México?

Jorge: Desde el inicio del proyecto éramos conscientes de que abordar este tema podría abrir heridas aún no cerradas. Sin embargo, uno de los objetivos de la serie era retratar el sismo del 85 como parte de nuestra identidad, ese momento en que la ciudadanía despierta, se apropia de la ciudad y se moviliza para rescatarse a sí misma. La serie no se enfoca en lo que perdimos, sino en lo que encontramos y logramos salvar durante el terremoto.

A partir de ahí, transformamos ese dolor en una sensación de esperanza, en la certeza de que somos capaces de reaccionar, tender la mano al otro y comprendernos como comunidad. Al emprender este proyecto, sentimos un compromiso profundo de contar una historia que, aunque reviviera cicatrices dolorosas, también nos uniera como mexicanos, iluminando ese espacio oscuro con mucha luz.

Me imagino que fue un reto hallar el equilibrio narrativo entre la tragedia y las historias de resiliencia y solidaridad

Jorge: Muchos de los integrantes de la producción no habían nacido en 1985, por lo que se abordó este suceso histórico desde una sensibilidad diferente. El terremoto no solo marcó a la ciudad y a sus habitantes, sino que también contribuyó a definir el perfil que tenemos hoy como sociedad.

A raíz de ese evento, en 1988, se produjo un cambio significativo en la política con el voto de castigo contra el PRI y el apoyo a la oposición. La serie busca mostrar cómo era la ciudad antes del terremoto y cómo este la transformó, permitiendo a todos ver el sismo desde una perspectiva renovada.

¿Cómo decidieron cuáles historias de sobrevivientes incluir?

Jorge: Queríamos contar esas historias que nunca se han contado, aquellas que no aparecieron ni en la historia oficial, ni en reportajes, ni en los pocos trabajos cinematográficos de la época. Televisa, el medio más importante entonces, compartió algunas vivencias desde su perspectiva y posición, pero la magnitud del evento dejó muchas otras en el olvido.

Historias de ciertas zonas y de infinidad de voluntarios quedaron fuera, y nuestro objetivo fue darles voz e integrarlas en el núcleo de esta narrativa. Cada minuto cuenta transcurre en el edificio Nuevo León y en el Hospital General. Nos esforzamos en ser honestos y transparentes, porque sabemos que la mayoría de la audiencia tiene alguna historia cercana que contar.

¿Qué investigaciones o fuentes usaron para capturar los detalles y vivencias de ese día?

Jorge: La primera herramienta clave fue YouTube, donde recuperamos una gran cantidad de documentos audiovisuales. Gracias al trabajo exhaustivo de nuestro asesor histórico, Iván Salcido, accedimos a testimonios de familiares de víctimas y de personas que participaron directamente en los rescates. Esto nos proporcionó un valioso mosaico de información que nos ayudó a garantizar el rigor histórico. La serie es, en cierta forma, una máquina del tiempo: nos transporta de nuevo a 1985, haciéndonos ver y sentir el ambiente de aquella época.

Un aspecto fundamental fue la cronología de los eventos, ya que la serie narra las primeras 10 horas después del sismo. Aunque es una ficción y se tomaron algunas licencias narrativas, el proceso de investigación fue exhaustivo y tomó un par de años para completarse.

¿Qué desafíos enfrentaron para la recreación de la atmósfera de lo que era el Distrito Federal?

Jorge: El gran desafío fue salir a las calles de la Ciudad de México a filmar. Aunque el 85 parece cercano cuando se menciona, la ciudad ha cambiado mucho: su perfil, su aspecto y hasta su gente son distintos.

En 1985, la gente tenía otro fenotipo; los cuerpos eran más atléticos, sin los problemas de obesidad y calvicie tan comunes hoy en día. Nos sorprendió todo lo que descubrimos al respecto. La regla era recrear esa época de la manera más fiel posible, desde la forma en que se vestían los políticos hasta los lugares donde operaban.

Toda la trama sobre la tardanza del gobierno en reaccionar ante la tragedia también surgió de la investigación. En esa documentación minuciosa radica gran parte de la calidad de la serie; fue un ejercicio de investigación que se tomó muy en serio.

¿Qué mensaje esperan que el público se lleve?

Jorge: El mensaje más importante y urgente que nos deja la serie es que, en medio de una polarización social profunda y de una evidente división marcada por el enojo, aún tenemos la capacidad de reconciliarnos. La serie nos invita a reflexionar sobre nuestra habilidad para encontrar luz en medio de la oscuridad y de la tragedia.

En 1985 fueron los ciudadanos comunes quienes se organizaron para rescatar la ciudad. Ese es el mensaje esencial: somos capaces de responder como comunidad, de asumir nuestra responsabilidad. No somos enemigos, sino habitantes de una misma ciudad, con necesidades e ideas distintas, pero al final, parte de una comunidad que puede convivir y trabajar unida.

¿Qué es lo que más va a sorprender a la gente?

Lo que más sorprenderá al público serán detalles como el contexto del Mundial de fútbol, situaciones que quizá se conocían, pero de las que no se hablaba abiertamente. La serie enfatiza la responsabilidad de la ciudadanía: todos debemos asumir nuestro papel en la construcción de una comunidad, independientemente de si ocupamos un cargo público o no.

La serie muestra las cosas tal como fueron, resultado de una ardua investigación que incluyó las zonas de desastre y su recreación detallada. Los espectadores podrán ver el edificio del hospital y el edificio Nuevo León exactamente como quedaron tras el terremoto, y conocer lo que ocurrió alrededor de ellos.

Los héroes no fueron solo quienes levantaron piedras y rescataron personas, sino también quienes cocinaron arroz para cientos de voluntarios, quienes llevaron víveres y quienes montaron carpas para los damnificados. La verdadera lección es comprender que todos, desde distintas labores, somos esenciales para la reconstrucción y la reconciliación nacional.

Esperamos que el público nos de la oportunidad de mostrarles una serie hecha con amor y profesionalismo.

La producción de la serie empezó el 10 de julio y podrá verse a partir del 8 de noviembre exclusivamente en Prime Video.

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