Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, cerrada para equinoccio de primavera

La Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, ubicada en Yucatán, permanecerá cerrada hasta nuevo aviso, por lo que no podrá ser visitada para este equinoccio de primavera. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicó que este cierre se debe a las obras del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza). Por ello, invitó al público

Redacción Descubre en México  ·  8 marzo, 2024
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La Zona Arqueológica de Dzibilchaltún, ubicada en Yucatán, permanecerá cerrada hasta nuevo aviso, por lo que no podrá ser visitada para este equinoccio de primavera.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), explicó que este cierre se debe a las obras del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).

Por ello, invitó al público a conocer otros sitios arqueológicos que están abiertos en este estado, como Kabah, Chichén Itzá, Oxkintok, Aké, Uxmal o Labná, entre otros.

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La zona arqueológica de Dzibilchaltún se localiza a 12 kilómetros al norte de la ciudad de Mérida, Yucatán. Tiene una extensión que supera los 19 kilómetros cuadrados y en ella se conservan restos de diversos asentamientos prehispánicos de épocas diferentes. 

De acuerdo con el gobierno de Yucatán, Dzibilchaltún significa en lengua maya ‘Lugar donde hay escritura en las piedras’, en alusión a las numerosas lápidas conmemorativas encontradas en el sitio, llamadas también estelas. 

Una de sus estructuras representativas es el El Templo del Sol o Casa de las Siete Muñecas, llamada así por siete figuras humanas de cerámica encontradas durante las excavaciones de la década de 1950.

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Es una estructura piramidal de base cuadrangular, dos cuerpos, altura mediana y escalinatas en los cuatro lados, destacó el INAH.

En los equinoccios de primavera y otoño (hacia el 21 de marzo y el 21 de septiembre), al amanecer, el intenso brillo del sol llega por un momento a atravesar ambas puertas del adoratorio en la cima, señal que —se creía— enviaba Kinich Ahau, el dios sol, de que había llegado el tiempo de la siembra o de la cosecha; los astrónomos y constructores mayas tuvieron buen cuidado de lograr ese prodigio.

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