¿En cuántas batallas participó Emiliano Zapata?
Emiliano Zapata fue uno de los líderes destacados de la Revolución mexicana y por eso te contamos las batallas en las que participó.
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Emiliano Zapata es, sin lugar a dudas, un líder muy importante de la Revolución mexicana. Era un líder que no temió utilizar las armas en el momento que la voz no era suficiente para combatir las injusticias, algo que lo llevó a participar en múltiples batallas, de las que te hablaremos a continuación.
Fue en mayo de 1910 cuando el caudillo lideró su primera gran batalla al recuperar por la fuerza la hacienda El Hospital, que era protegida por el jefe policial de Cuautla. Aunque dejó todo en manos de los campesinos que vivían ahí tuvo que comenzar a cuidarse del gobierno ya que fue declarado oficialmente como un bandolero.
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Para el 11 de marzo de 1911, luego de entrar en la lucha maderista, Zapata comenzó su lucha por la revolución junto a varios vecinos de Villa Ayala. Ellos siguieron el río de Cuautla, llegando a San Rafael de Zaragoza, donde se les une Catarino Perdomo, desarmando a la policía local y cortando toda vía de comunicación.
Junto a un total de 80 hombres, muchos de ellos adolescentes, se dirigieron a San Rafael, pasando por el rancho Moyotepe y San Vicente de las Piedras. Luego de dejar órdenes y militantes en cada punto de visita el líder llega con 25 hombres a San Rafael Zaragoza, donde se quedan a las ordenes de lo que necesitaron los campesinos.
Alrededor del 22 de marzo de 1911 él decidió ir por su cuenta a los poblados más marginados y pequeños en los límites de Morelos y Puebla.
Su siguiente batalla fue el asalto a Cuautla, que se dio alrededor del 9 de abril. Ahí pudo hablar con Francisco Leyva para proponerle la gubernatura del estado; posterior a eso Zapata tomó Chietla, Atenango y Jaltepec, sin que tuviera algún problema.
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Para los últimos días de abril los zapatistas toman Izúcar de Matamoros, instalándose en los límites de Puebla y Morelos, facilitando un finísimo servicio de espionaje, que le ayudó a estar al tanto de los movimientos de su enemigo Aureliano Blanquet, quien logró recuperar Chietla. Aunque también otras comunidades tomadas por los revolucionarios fueron recuperadas por los federales.
Blanquet lograría sacar a los zapatistas de Izúcar de Matamoros y por poco logra también la captura de Emiliano Zapata, quien logró huir a Jantetelco con unos cuantos de sus lugartenientes.
Después llega a Jolalpan donde espera a compañeros revolucionarios junto a los que decidió tomar Jojutla, sin embargo, por sospechas de caer en una trampa Zapata termina atacando Jonacatepec.
En vista de la renuncia de Porfirio Díaz él se resistió a deponer las armas sin que se dé antes el reparto de tierras que se les había prometido a los campesinos. A partir de entonces se le consideró a Emiliano Zapata como un bandido y un rebelde.
Eso ocasionó que se mandara a Victoriano Huerta y a Blanquet para que terminaran con él. Ya para agosto de 1911 Madero se reúne con el caudillo, pero no llegan a nada; lo que ocasionó que los zapatistas se replegaran a los límites de Guerrero y Puebla.
Para ese mismo año él lanza su famoso Plan de Ayala, donde exige la redención de los indígenas y la repartición de las tierras que por derecho eran del pueblo.
Zapata se enfrentó a las fuerzas federales todo el año de 1912 viéndose cara a cara con los generales Arnoldo Casso López, Juvencio Robles y Felipe Ángeles. Siendo los combates más importantes de ese periodo los que se dieron en Tepalcingo, Yautepec, Cuautla y Cuernavaca.
Señalar que, aunque las fuerzas del caudillo estaban particularmente debilitadas, el único que combatió a los zapatistas con métodos “civilizados” y menos violentos fue Ángeles, quien simpatizaba con sus ideales.
Para cuando Madero fue asesinado y Huerta subió al poder se envió al padre de Pascual Orozco para que se convenciera a Zapata de deponer las armas.
En ese momento él tenía bajo su protección Morelos, Guerrero, Puebla, Tlaxcala y parte del Estado de México. Finalmente Zapata fusiló al padre de Orozco, enviando una carta a Félix Díaz repudiando a Huerta, a quien bautizó como el “usurpador de la revolución“; también reconoció como traidor a Orozco y él se volvió en el jefe único del Ejército Liberador del Sur.
Para 1914 su ejército rondaba los 27 mil efectivos; tomando Jonacatepec y Chilpancingo, controlaba completamente Morelos y avanzaba hacia el estado de Guerrero. Después conquistó Cuernavaca y para el mes de junio ya dominaba Cuajimalpa, Xochimilco y Milpa Alta, amenazando con tomar pronto la Ciudad de México, pero los constitucionalistas se le adelantaron.
Las últimas batallas de Zapata
Después de su alianza con Villa, el caudillo tomó Puebla el 17 de diciembre de 1914, aunque fue combatido en enero del siguiente año por Álvaro Obregón, quien aunque tuvo éxito al principio, perdió la ciudad ante Zapata.
Para 1916 Venustiano Carranza se instaló en la Ciudad de México y golpeó con todo al movimiento zapatista, peleando por Cuernavaca desde mayo y logrando hacerse con el estado de Morelos en diciembre.
En poco tiempo y ante la falta de apoyo de un derrotado Villa casi todas las poblaciones del estado cayeron en manos constitucionalistas. En 1917 Zapata lanzó un contraataque recuperando Jonacatepec, Yautepec, Cuautla, Miahuatlán, Tecala y Cuernavaca.
La guerrilla continuó para el año de 1918 y seguiría así hasta el fallecimiento de Emiliano Zapata el 10 de abril de 1919.
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