Zazacatla es una zona arqueológica que parece olvidada. | Foto: X Carlos Cuernavaca.
Zazacatla es una zona arqueológica que se encuentra en el municipio de Xochitepec, a metros de una caseta de cobro de la carretera Cuernavaca-Chilpancingo, que lamentablemente son los restos de un asentamiento más grande que ha sido destruido por construcciones modernas.
Esta ciudad prehispánica perteneciente a la cultura olmeca fue construida durante el periodo Preclásico Medio alrededor del 800 antes de nuestra Era, y es poco conocida.
Cabe señalar que durante la década de los 80 se había reportado la existencia de una zona arqueológica en el lugar; sin embargo, las autoridades locales y federales no mostraron ningún interés en ella, por lo que no se exploró la misma.
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Fue hasta el 2006 cuando la arqueóloga Giselle Canto Aguilar intervino en ella e inició los trabajos de salvamento arqueológico, derivado de la construcción de un estacionamiento en la zona, donde trabajadores se encontraron con un muro antiguo.
Los trabajos de rescate los realizaron la misma Canto junto a Víctor Mauricio Castro; ellos lograron hallar los restos de aproximadamente 12 individuos, además de piezas de cerámica, así como un templo olmeca y dos esculturas.
En cuanto al templo, su basamento piramidal fue construido con lajas de roca caliza, siendo unidas con argamasa de lodo. La mayoría de las lajas se colocaron en forma horizontal y, cada cierto tramo, tres lajas se encontraban puestas en diagonal, tanto hacia el lado derecho como al lado izquierdo, creándose al centro un nicho.
Dentro de los nichos se encontraron dos esculturas con rasgos característicos del dragón olmeca, deidad del Preclásico Medio. Estas figuras son parecidas, teniendo la forma de un individuo desnudo sentado con las piernas cruzadas, los brazos al frente y las manos colocadas sobre los tobillos, teniendo el torso ligeramente inclinado hacia el frente.
Su rostro tiene los labios gruesos con las comisuras hacia abajo, la nariz chata y cejas gruesas. Para Canto Aguilar, estos personajes podrían ser la representación de sacerdotes que portaban máscaras con las fauces de un jaguar, además de un tocado con las orejas del felino.
Los arqueólogos determinaron que al parecer Zazacatla abarcó nueve mil 500 metros cuadrados e informaron que en menos de tres mil metros lograron hallar lo que quedaba del centro ceremonial.
Hay que decir que para ese entonces gran parte de la zona arqueológica ya había sido destruida durante la construcción de la autopista y más adelante por los fraccionamientos, gasolineras y la plaza comercial. Y a pesar de que Eduardo López Calzada, ex director del Centro INAH-Morelos, calificó el descubrimiento como único en el estado, nunca se le dio la importancia que debía y muestra de ello es que la zona se encuentra abandonada y casi nadie sabe de ella.
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