Aquí los sentidos se deleitan con una cuidadosa selección de vinos, embutidos artesanales, quesos añejados y delicatessen de origen local e internacional. Cada visita es un viaje culinario.
En noviembre de 2023, en el corazón de la vibrante colonia Condesa en la Ciudad de México, surgió un rincón culinario que invita a los amantes del buen vivir a explorar un mundo de sabores y aromas.
Se trata de una encantadora fiambrería, un lugar donde los fiambres, esas exquisitas carnes frías curadas y preparadas con esmero, se encuentran en el centro de una experiencia gastronómica única.
Es más que una tienda de embutidos, es un espacio dedicado al arte de la charcutería y el queso, donde cada producto es una obra maestra de sabor. Ricardo Basurto, su propietario, se enamoró de este concepto en Madrid y decidió replicarlo en México.
En sus estantes hallarás desde quesos muy comerciales como el de cabra, así como algunos franceses, suizos y españoles. Ana Menchaca destaca una importante selección de quesos artesanales mexicanos.
Las carnes frías provienen de diversas partes del mundo. De México cuenta con una selección que sorprende con lomos cocidos con cerveza o con nuez e incluso con semillas de mostaza y toques de jengibre. También tienen salamis artesanales elaborados por un charcutero argentino.
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Este establecimiento no solo ofrece una selecta variedad de fiambres y quesos de alta calidad, también un surtido de vinos de diversas regiones del mundo, cuidadosamente seleccionados para complementar cada bocado.
Actualmente cuenta con alrededor de 300 etiquetas, así que puedes hallar vinos naturales —aquellos que intentan minimizar la intervención en todos los procesos de elaboración— o vino naranja, una tendencia emergente en México, donde los viticultores están experimentando con técnicas tradicionales de vinificación. La experiencia de visitar esta fiambrería va más allá de una simple compra.
Si quieres degustar los quesos y la charcutería puedes pedir una tabla (las hay de diferentes tamaños y pueden personalizártela para adecuarla a tu paladar) y degustarlos en las mesas dispuestas enfrente. También puedes disfrutar empanadas y, los fines de semana, paella.
Aquí, cada visita es una oportunidad para aprender sobre los matices de un buen vino, el proceso de curado de un jamón o la mejor forma de maridar un queso con una copa de vino espumoso.
Casi todos los jueves realizan catas. Estas catas (con un costo de 500 pesos) incluyen una tabla de quesos para el maridaje de entre tres y cinco etiquetas. La experiencia incluye una plática con un enólogo o sommelier.
“Hemos tratado de darle esa informalidad al vino, que si bien está muy posicionado en cierto nivel y para ciertos momentos, queremos que sea parte del día a día. Queremos que la gente consuma vino, pero también que lo conozca”, comenta.
Las catas terminan siendo pláticas entre amigos, dice Ana, un espacio en el que de manera informal aprendes por qué se usan ciertas copas y por qué debes de agitarlo antes de beberlo o inclinar la cabeza para ver si salivas de manera adecuada cuando le das un sorbo al vino. Todo ese conocimiento te lo ofrecen los sommeliers invitados.
A pesar de su tamaño compacto, esta fiambrería ha logrado crear un espacio en su acera para unas 15 personas, lo que permite a los visitantes disfrutar de sus delicias al aire libre. Es un lugar ideal para una tarde relajada en la que puedes degustar quesos, charcutería y vino mientras el bullicio de la ciudad pasa suavemente a tu alrededor.
Además, esta fiambrería se distingue por organizar eventos especiales, como catas de cervezas y vinos, donde los asistentes pueden expandir su paladar y conocer nuevas etiquetas bajo la guía experta de los anfitriones. Estas experiencias son una celebración del arte de la buena mesa y ofrecen un momento perfecto para conectar con otros amantes de la gastronomía.
En definitiva, esta fiambrería es un destino imperdible para quienes buscan calidad, conocimiento y una experiencia enriquecedora. Ya sea que elijas disfrutar de sus productos en el lugar o llevarte un poco de su magia a casa, una visita promete deleitar todos tus sentidos y dejarte con ganas de volver una y otra vez.
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