Koshō, el desenfadado sitio para comer como sibarita

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Koshō, el desenfadado sitio para comer como sibarita

En una de las colonias más emblemáticas de la CDMX, se erige este bistró que conjuga elementos japoneses y mexicanos

Desde su fundación a principios del siglo XX, la Roma ha sido referente gastronómico.

Poblada por decenas de opciones para todos los gustos y bolsillos, esta colonia de la Ciudad de México alberga deliciosas propuestas culinarias.

Unas de ella se halla en El Parián, pasaje comercial y gastronómico donde se ubica, desde hace poco más de un año, Koshō, un bistró que juega magistralmente con elementos japoneses y locales.

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El nombre

El nombre de este lugar, abierto desde julio de 2022, proviene de yuzu koshō, una mezcla de especias típica de la sureña isla japonesa Kyushu.

El cuidado de los detalles se nota desde que entras. Un estilo minimalista te da la bienvenida. Madera, plantas naturales, velas, colores blanco y crema, vajilla artesanal.

Ya sea adentro —donde estarás resguardado del vertiginoso movimiento de la avenida Álvaro Obregón y podrás observar parte del procedimiento porque su cocina es abierta—, o afuera, donde podrás contagiarte del movimiento de los transeúntes, Koshō te invita a pasar ahí horas y horas.

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La simplicidad decorativa contrasta con la complejidad de su propuesta gastronómica.

Y aunque este sitio no es un restaurante de cocina japonesa, sí integra infinidad de productos y saberes de esa nación con ingredientes locales para dar paso a una carta muy poderosa.

Crudo de róbalo, ensalada de betabel, pulpo a las brasas con fideo de alga y uvas, tacos de jaiba, tataki de atún, arroz meloso con un camarón al grill, pesca del día; tostada de agua chile negro, brochetas de corazón de pollo a la Robata.

El sando de pollo karaage es una delicia. El pollo se empaniza con panko —una especie de pan rallado japonés— y se corona con col blanca. Se acompaña con una ensalada de arúgula y cítricos.

El tataki de jurel es otra delicia. Es pesca fresca y viene laminado y sellado en la parte de arriba; se acompaña de rábano sandía, chícharo deshidratado frito con un poco shichimi, que es una mezcla de especias tradicional de la cocina japonesa que cuenta con siete ingredientes.

El ceviche de lobina viene laminado y con leche de tigre de la casa —jugo resultante de la maceración de ceviche— y acompañado con un par de tostaditas con shichimi y cilantro.

El udon alla carbonara viene con un poco de pancetta, queso parmesano, una yema de huevo marinada en sake y mirin, un tipo de sake dulce, con bajo porcentaje de alcohol y de color ámbar, que se utiliza solo para cocinar y un toque de alga nori.

Otra delicia imperdible es el risotto con hongos, pancetta, viene mantecado por la parte de afuera y en la parte de arriba trae un poco de chicharrón de hongos.

Hay platillos base y algunos otros que se agregan según la temporalidad de los ingredientes, muchos de ello orgánicos.

Si no sabes qué elegir no te compliques y pide varios al centro. Quedarás complacido.

La chef Ximena Zárate es quien está a cargo de la cocina. Tiene larga experiencia en comida francesa e italiana.

No dejes de probar su panna cotta de roiboos acompañada de cacahuate caramelizado y coco tostado, y su crème brûlée de matcha… ¡deliciosos postres!

La coctelería está a la altura. Puedes degustar bebidas preparada con sake, mezcal, vodka, ginebra, a las cuales les agregan frutas como maracuyá, licores como el de café e incluso compota de higo y y hongo, sal shitake o cordial de berries con manzana verde y limón.

Y a todo esto súmale la buena vibra, la cual se intensifica durante la noches de DJ o con las sorpresivas comidas o cenas colaborativas que organizan de vez en cuando.

El servicio inicia a las 14:00 horas y a medida que avanza la tarde el lugar se pone más interesante.

Sin duda en Koshō no solo se dedican a cocinar, también se dedican a hacer feliz a la gente… ¿qué esperas para reservar?

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