El Estadio Azteca es sinónimo de gloria mundialista. En su césped, Pelé se consagró como rey eterno y Maradona alcanzó la cima de su leyenda
El Estadio Azteca, imponente edificación en la Ciudad de México, no sólo es el coloso del fútbol nacional: es un templo histórico del deporte mundial.
Su grandeza no radica únicamente en su capacidad para reunir multitudes, sino en el hecho de ser el único estadio que ha albergado dos finales de Copas del Mundo. Viajar a través de esos momentos es adentrarse en la historia dorada del balompié.
En esta final se enfrentaron dos campeones del mundo: Italia (1934 y 1938) y Brasil (1958 y 1962). Pero sería Pelé quien brillaría con luz propia. Abrió el marcador, participó en maniobras clave y fue pieza fundamental en aquel legendario gol colectivo culminado por Carlos Alberto Torres, considerado uno de los mejores de la historia del fútbol.
Ese día, el Azteca fue testigo de la coronación de un Brasil inolvidable y del ascenso de Pelé como rey eterno del fútbol.
Pelé estuvo en Guadalajara durante el Mundial de México 70
Si el Mundial del 70 se recuerda por Pelé, el de 1986 pertenece a Diego Armando Maradona. Aunque su famosa “Mano de Dios” fue en cuartos de final, fue en la gran final donde alcanzó su consagración definitiva.
Argentina venció 3–2 a Alemania Occidental en un partido vibrante, y Maradona se convirtió en leyenda universal. El Azteca quedó marcado para siempre como escenario de uno de los capítulos más gloriosos del fútbol.
El Estadio Azteca no sólo presume esas dos finales. Su césped también ha sido escenario de otros momentos históricos:
En total, el coloso de Santa Úrsula ha albergado 19 partidos de Copa del Mundo, el número más alto para una sola sede.
Con la mirada puesta en el futuro, el Estadio Azteca se prepara para vivir una nueva página dorada en 2026, cuando será sede nuevamente del Mundial y hará historia como el primer estadio en albergar tres partidos inaugurales de Copa del Mundo (1970, 1986 y 2026).
Actualmente atraviesa una profunda remodelación y adoptará el nombre de Estadio Banorte Ciudad de México, con reinauguración prevista para marzo de 2026. Será uno de los escenarios principales del torneo, incluido el partido inaugural.
El Estadio Azteca es sinónimo de gloria mundialista y de momentos que definieron la historia del fútbol. En su césped, Pelé se consagró como rey eterno y Maradona alcanzó la cima, convirtiendo al coloso de Santa Úrsula en un escenario irrepetible.
Con su transformación rumbo al Mundial 2026, el Azteca se prepara para escribir un nuevo capítulo y reafirmar su lugar como un santuario del balompié. Más que un estadio, es una catedral de emociones que pertenece no solo a México, sino al mundo entero.
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