En estos lugares vivieron Porfirio Díaz y Pancho Villa

El legado de Porfirio Díaz y Pancho Villa se entrelaza con la complejidad de la historia mexicana. Desde la opulencia y el poder, a la sencillez y vandalismo. 

Por otro lado, Pancho Villa, líder revolucionario, emergió del norte, viviendo en Chihuahua. Díaz encarnó la opulencia, mientras Villa personificó la lucha popular. 

Estos lugares reflejan no solo la historia política, sino también las contrastantes realidades sociales de México a principios del siglo XX.

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Porfirio Díaz

Díaz vio la luz en la residencia llamada ‘Mesón de la Soledad‘ en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830. 

Esta edificación, antiguamente conocida como ‘Mesón de la Soledad’, actualmente alberga una escuela pública en la avenida Independencia número 106, frente a la Basílica de La Soledad en la colonia Centro.

Es bien conocido que el Castillo de Chapultepec destaca entre los recintos de la Ciudad de México. Aunque habitado por varios presidentes, no siempre fue la residencia principal de Porfirio Díaz. 

Durante aproximadamente 30 años, el Castillo fue la residencia oficial de Díaz, utilizada más como casa de verano que como hogar permanente.

Esta última residencia aquí en México, se encontraba en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la calle de Cadena No. 8, ahora llamada Venustiano Carranza. 

Este lugar, reconocido como uno de los sitios más antiguos y tradicionales de la capital, fue la residencia de Porfirio Díaz hasta 1878.

La casa, diseñada en gran parte por Don Antonio Rivas Mercado, se caracterizaba por cinco amplios patios. 

Aunque se consideró la construcción de una sala de armas, el proyecto nunca se materializó. 

Esta residencia fue uno de los últimos lugares en la Ciudad de México donde vivio Porfirio Díaz antes de su exilio en 1911. 

Posteriormente, fue demolida en la mitad del siglo XX y reemplazada por el Centro Corporativo Bancomer, transformándose más tarde en un negocio local y estacionamiento público.

Después de renunciar, Porfirio Díaz y su familia prepararon su exilio en París, Francia. 

Residió en un departamento en la Avenida Foch, cerca del Bosque de Boulogne y el Arco del Triunfo. 

Viajó por Europa, visitando Egipto e Italia antes de fallecer en París el 2 de julio de 1915.

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Pancho Villa

Este personaje ilustre, conocido originalmente como Doroteo Arango, vio la luz el 5 de junio de 1878 en la hacienda de Río Grande, Durango mejor conocido como La Coyotada. 

Bajo la necesidad y tras un altercado, adoptó el nombre de Pancho Villa. La vida en las montañas lo llevó al robo para subsistir, especialmente de ganado acaudalado, enfrentándose a la implacable persecución por este delito.

Doroteo Arango, buscado por las autoridades, adoptó el nombre de Pancho Villa. Aunque común, su apellido Villa debía ser legítimo si su abuelo Jesús reconocía a Agustín como su padre. 

Es así como nacería el nombre de Pancho Villa, recuperando su legitimidad por la fuerza y transformándose rápidamente en un bandido generoso, comparado con un Robin Hood mexicano.

Pancho Villa se unió a Madero en la lucha contra Porfirio Díaz, destacando por su habilidad militar. Utilizando su conocimiento del terreno y la población campesina, formó un ejército en el norte de México. 

Durante casi dos décadas en las montañas, evadió a sus perseguidores y desconfió de posibles traidores, adquiriendo habilidades guerrilleras. Para algunos, su apoyo a la revolución buscaba borrar sus delitos; para otros, simplemente no podía dejar de luchar junto a su gente.

Después del asesinato de Venustiano Carranza en 1920, Adolfo de la Huerta, presidente interino, ofreció a Pancho Villa amnistía y un rancho a cambio de retirarse de la política.  Villa aceptó, retirándose a la hacienda El Canutillo en Parral, Chihuahua. 

Durante tres años, sobrevivió a varios atentados. Sin embargo, el 20 de julio de 1923, mientras entraba a Parral, fue tiroteado y asesinado por hombres dirigidos por Jesús Salas.

Los lugares donde vivieron sirven como testigos de las distintas realidades y desafíos que moldearon sus vidas, contribuyendo a la rica y compleja narrativa de México en el siglo XX.

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