La Casa Morisca es una de las joyas arquitectónicas que podrás admirar en Mérida. | Foto: Wikimedia Commons.
En el Centro Histórico de Mérida podrás encontrar la Casa Morisca, una joya arquitectónica que ha llegado a albergar incluso el Consulado de los Estados Unidos. Fue mandada a construir por el inmigrante español Genaro Pérez y Santos, siendo una mansión de estilo morisco afrancesado.
Pérez y Santos era un comerciante originario de Pontevedra, España, quien llegó a la capital yucateca a principios del siglo pasado, casándose con María Alzina; él regresó a España, donde encargó los planos para la casa con sus indicaciones.
Regresó a Mérida e inició la construcción de la residencia en 1908, terminándola al año siguiente. Esta casa cuenta con más de una docena de habitaciones o estancias amplias bellamente decoradas. Además de que la construcción cuenta con dos sótanos y un amplio patio-estacionamiento.
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En su decoración podrás apreciar elementos distintivos justo de la arquitectura morisca. Techos y paredes de diferentes colores, técnicas muralistas o estilos mudéjar en sus pinturas, estucos y estructura.
Otro de los elementos que llama la atención es su impresionante vestíbulo, que está rematado con una gran cúpula. Las puertas tienen vitrales en sus remates y el pórtico de entrada que está integrado en dos arcos.
La Casa Morisca cuenta con 841.23 metros de construcción que tiene también como elementos decorativos pisos de mármol y vitrales con detalles árabes en los que se pueden apreciar el uso de todas las técnicas antiguas de elaboración de vidrio, plasmados con dibujos de rosas de ocho pétalos.
Pérez y Santos lamentablemente no habitó mucho la residencia, ya que en 1915 decidió trasladarse a Cuba, donde poco después falleció.
La señora María Alzina retornó a Mérida, pero puso la casa en arrendamiento y durante diez años (de 1920 a 1930) la casa fue ocupada por el Consulado de Estados Unidos y, finalmente, la viuda de Genaro Pérez Alzina, hijo del matrimonio, vendió la propiedad en 1932.
La casa funcionó de 1932 a 1940 como Casa de la Maternidad, instalada por el ginecólogo Fernando Narváez Aguilar.
La residencia funcionó también como una bodega para después ser residencia de la familia Madáhuar Pavia y, posteriormente, José Chapur Zahoul la utilizó como sede de su corporativo.
En 1991 el predio fue restaurado totalmente por el arquitecto Eduardo Millet Cámara y en octubre de 2017 la Casa Morisca fue vendida.
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