Barranca de Metztitlán, el lugar de la luna para olvidarse de todo
Para los apasionados de la naturaleza y el ecoturismo, Hidalgo cuenta con un atractivo que tiene todo para dejar las presiones atrás y conectarse con la vastedad. La Barranca de Metztitlán es una superficie aproximada de 96 mil hectáreas que abarca ocho municipios de Hidalgo, como Huasca de Ocampo, Atotonilco el Grande, Metztitlán y Acatlán;
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Para los apasionados de la naturaleza y el ecoturismo, Hidalgo cuenta con un atractivo que tiene todo para dejar las presiones atrás y conectarse con la vastedad.
La Barranca de Metztitlán es una superficie aproximada de 96 mil hectáreas que abarca ocho municipios de Hidalgo, como Huasca de Ocampo, Atotonilco el Grande, Metztitlán y Acatlán; de éstas.
Su nombre es de origen náhuatl, cuyo significado es lugar de la luna: metztli, ‘luna’, y tlán, ‘lugar’.
Sus dos cuerpos de agua, la laguna de Metztitlán y río Venados, y su extenso tamaño favorecen diversos tipos de vegetación, que van desde bosques de neblina en la montaña, hasta zonas semiáridas.
Aquí se pueden encontrar mezquites, huizaches, encinos, yucas, pinos, biznagas, hinchador y cactus candelabro.
También fauna como pelícanos, palomas, gavilanes, jilgueros, colibríes, coyotes, murciélagos, boas, tortugas, víboras, ranas, armadillos y un sinfín de insectos.
Debido a esta diversidad, fue declarada Área Natural Protegida con categoría de Reserva de la Biósfera el 27 de noviembre del año 2000, según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
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En la Barranca de Metztitlán se pueden practicar actividades como pesca deportiva, observación de aves, bicicleta de montaña, senderismo, paseos en cuatrimoto y acampar.
Para los que desean algo más tranquilo, hay paseos en lancha o simplemente contemplar y dejarse llevar por los imponentes paisajes que este lugar ofrece.
Esta zona también alberga vestigios de la época colonial como el convento agustino de los Santos Reyes, construcción que data del siglo XVI.
Más tarde fue un importante centro de actividades para los misioneros que trabajaban en la Huasteca y actualmente aún resguarda el convento agustino de los Santos Reyes, una de las más bellas joyas coloniales del siglo XVI.
Para visitarla, se recomienda hacerlo en las primeras horas de la mañana, cuando el calor aún no es sofocante, llevar gorra, agua y botas de montaña antiderrapantes para evitar accidentes debido a lo escarpado del terreno.
Con todo esto en cuenta, deja que la Barranca y la Reserva de Metztitlán sean tu opción para tu próxima escapada de la ciudad o tus vacaciones.
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