Iglesia de Porta Coeli, un templo con una leyenda muy interesante

La iglesia de Porta Coeli es un templo con una historia particular que involucra una figura religiosa que tuvo su hogar ahí.

Ricardo Justo  ·  8 septiembre, 2025
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Para empezar esta historia, hay que señalar que en México hay libertad de culto, por lo que muchas religiones conviven en paz en el territorio nacional, y decimos esto porque, aunque se pueda pensar que aquí la única tradición judeocristiana que se sigue es la católica romana, la verdad es que también hay otras ramas cristianas que tienen templos en este país y justamente la iglesia de Porta Coeli es ejemplo de ello.

Esta iglesia se ubica en el territorio del Centro Histórico, en el espacio que alguna vez ocupó el Colegio Dominicano de Porta Coeli, instancia de la que conserva el nombre. Su historia comienza en 1603, cuando los frailes dominicos compraron el terreno para erigir un colegio de su orden, y el 22 de mayo de 1711 fue que se le dio su nombre, que viene del latín y significa “Puerta del Cielo“. En ese espacio estudiaron personajes como fray Servando Teresa de Mier.

En el siglo XIX, durante la Guerra de Reforma, el colegio fue expropiado, fragmentado y vendido, transformándose el espacio del templo en un archivo del gobierno.

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Como dijimos, este templo no es católico como tradicionalmente se puede pensar, ya que en la iglesia de Porta Coeli se profesa la tradición de la iglesia griega melequita. Tradición que en México data de finales del siglo XIX con inmigrantes que llegaron al país, provenientes desde Líbano, Siria, Jordania y unos pocos de Egipto.



Los melequitas no tuvieron templo ni sacerdote hasta la década de los años 20; algo que se debió en parte a que el gobierno mexicano controlaba y regulaba estrictamente a todas las congregaciones religiosas y sus propiedades.

Siendo esto por lo que fue hasta 1952 que esta comunidad fue reconocida por el papa en turno. Se les dio el antiguo archivo y el edificio se habilitó para el culto. Hay que decir que sólo el Arzobispado de México, con la aprobación de la Santa Sede y del Patriarca de Antioquía, puede designar a sus sacerdotes.

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La inauguración del templo se dio en ese año, dando el papa Paulo VI su aprobación; mientras que el archimandrita Philemon Chami y la comunidad greco-melquita se dieron a la tarea de restaurarlo.

La iglesia de Porta Coeli tiene una fachada neoclásica y destacan sus murales hechos con mosaicos coloridos al estilo bizantino. Las ocho obras están inspiradas en algunas escenas de los evangelios, como el momento en el que Jesús fue envuelto en la sábana santa, rodeado de María y otras mujeres, la anunciación, la natividad, el pentecostés, así como la madre de la luz y la divina providencia.

Y si quieres saber a qué nos referíamos con una leyenda particular, pues te contamos que en el siglo XVIII este templo fue hogar del señor del Veneno, que ahora se encuentra en la Catedral Metropolitana, sobre el cual se cuenta que salvó la vida de un caballero llamado Fermín Andueza, quien de modo constante le agradecía orando y besando sus pies.

Él contaba con un enemigo que, aprovechando este rito de Andueza, aprovechó para atentar contra su vida envenenando los pies del Cristo, quien socorrió al caballero y evitó su envenenamiento, quedando de color negro por este hecho.

Actualmente, en la iglesia de Porta Coeli se conserva una réplica exacta de la figura en el recinto.

Este templo se encuentra en la calle de Venustiano Carranza 107, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

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